RIMAS DE BÉCQUER
I
Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirle, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es luchar, que no hay cifra
capaz de encerrarle; y apenas, ¡oh, hermosa!,
si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas.
El poema me ha gustado ya que según mi interpretación en la lectura del poema, refleja la ansiedad de Bécquer por alcanzar su amor ideal a través de palabras acertadas que lleguen a los oídos de su amada. Para ello, ha utilizado un lenguaje sencillo y sin retóricas, de fácil comprension. Igualmente Bécquer nos transmite su deseo de un amor ilusionada y optimista, que puede conseguir.
La estrofa tercera, concretamente en los versos once y doce:
"si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas."
Me ha transmitido sentimientos de cariño y de un amor ilusionado, con deseos de alcanzarlo. Es un romanticismo que está presente en esta última estrofa y por lo tanto, es el que más destaco.
A continuación, os presento un poema del romanticismo que refleja ese amor ideal:
Pasión
¡Háblame! Que tu voz, eco del cielo,
sobre la tierra por doquier me siga...
con tal de oír tu voz, nada me importa
que el desdén en tu labio me maldiga.
¡Mírame!... Tus miradas me quemaron,
y tengo sed de ese mirar, eterno...
por ver tus ojos, que se abrase mi alma
de esa mirada en el celeste infierno.
¡Ámame!... Nada soy... pero tu diestra
sobre mi frente pálida un instante,
puede hacer del esclavo arrodillado
el hombre rey de corazón gigante.
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