LA OBSESIÓN MORTAL DE
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
El poeta andaluz, Juan Ramón Jimenez, vivió obsesionado por el tema de
la muerte, como consecuencia de la muerte de su padre. Este acontecimiento le
afectó hasta tal grado que recibió a lo
largo de toda su vida asistencia médica y profesional constantemente, sin
olvidar nunca el poeta su interés por la literatura.
El poeta Juan Ramón Jiménez conocido por todos, nace en Moguer (Huelva) el 23 de diciembre de 1881, a las 12 de la noche, aunque es curioso cómo al poeta siempre le gustó decir que había nacido el día 24. En su vida el episodio de la muerte de su padre le marcó en su trayectoria artística. Así pues, el 3 de julio de 1900 muere en Víctor Jiménez, padre de Juan Ramón, como consecuencia de una embolia cerebral. Este hecho le había afectado tanto hasta el punto que pensaba que también a él le podía sucederle lo mismo. Las pesadillas se convirtieron diarias, con inmenso miedo a la muerte. La tensión le presionaba y no podía vivir, hasta que una noche sintió que se ahogaba y cayó al suelo, desvanecido. Se repitieron estos ataques sucesivamente y en días sucesivos, sintiéndose morir antes de desvanecerse, penetró en él un inmenso temor a una muerte repentina. Estos sucesos eran continuos, hasta el punto de pensar que sólo le tranquilizaba la presencia de su médico. Esta situación se había convertido en una fobia, derivada de su ansiedad. Así pues, el autor buscaba una protección mediante la presencia continua del médico .La situación llegó hasta el extremo de ese la familia obligada a ingresarlo en un sanatorio francés para enfermos mentales en Burdeos. Su estancia fue desde mayo a septiembre de 1901, llegando incluso a instalarse en la propia casa del Dr. Lalanne , sin tener relación con el resto de los internos. Creó un estrecho vínculo con él, y su familia. Es curioso como en este momento escribe Rimas bajo influencia del simbolismo francés. Pero en septiembre tiene una nueva recaída y es ingresado en el Sanatorio del Rosario de Madrid, donde será cuidado por el Dr. Simarro. Su interés por la literatura predomina ante su enfermedad y durante su estancia en el sanatorio organiza reuniones que se convierten en tertulias a las que asisten Machado, Valle-Inclán, Benavente… El sanatorio fue famoso en la época por esas reuniones y como consecuencia de estas tertulias entre poetas se llegó a la publicación de Helios, una revista de la prensa española considerada de las más interesantes del momento. Por lo tanto, es curioso cómo la obsesión de Juan Ramón Jiménez por la muerte se materializó en obras literarias destacadas.
El poeta Juan Ramón Jiménez conocido por todos, nace en Moguer (Huelva) el 23 de diciembre de 1881, a las 12 de la noche, aunque es curioso cómo al poeta siempre le gustó decir que había nacido el día 24. En su vida el episodio de la muerte de su padre le marcó en su trayectoria artística. Así pues, el 3 de julio de 1900 muere en Víctor Jiménez, padre de Juan Ramón, como consecuencia de una embolia cerebral. Este hecho le había afectado tanto hasta el punto que pensaba que también a él le podía sucederle lo mismo. Las pesadillas se convirtieron diarias, con inmenso miedo a la muerte. La tensión le presionaba y no podía vivir, hasta que una noche sintió que se ahogaba y cayó al suelo, desvanecido. Se repitieron estos ataques sucesivamente y en días sucesivos, sintiéndose morir antes de desvanecerse, penetró en él un inmenso temor a una muerte repentina. Estos sucesos eran continuos, hasta el punto de pensar que sólo le tranquilizaba la presencia de su médico. Esta situación se había convertido en una fobia, derivada de su ansiedad. Así pues, el autor buscaba una protección mediante la presencia continua del médico .La situación llegó hasta el extremo de ese la familia obligada a ingresarlo en un sanatorio francés para enfermos mentales en Burdeos. Su estancia fue desde mayo a septiembre de 1901, llegando incluso a instalarse en la propia casa del Dr. Lalanne , sin tener relación con el resto de los internos. Creó un estrecho vínculo con él, y su familia. Es curioso como en este momento escribe Rimas bajo influencia del simbolismo francés. Pero en septiembre tiene una nueva recaída y es ingresado en el Sanatorio del Rosario de Madrid, donde será cuidado por el Dr. Simarro. Su interés por la literatura predomina ante su enfermedad y durante su estancia en el sanatorio organiza reuniones que se convierten en tertulias a las que asisten Machado, Valle-Inclán, Benavente… El sanatorio fue famoso en la época por esas reuniones y como consecuencia de estas tertulias entre poetas se llegó a la publicación de Helios, una revista de la prensa española considerada de las más interesantes del momento. Por lo tanto, es curioso cómo la obsesión de Juan Ramón Jiménez por la muerte se materializó en obras literarias destacadas.